La indignación llega al folclore tradicional de las islas.
Desde que la dictadura dejó de azotar el país donde los Canarios fuimos situados después de la conquista, debemos viajar en el tiempo y retroceder a la década de los ochenta del pasado siglo para ver las primeras libertades de expresión de ideas y manifestaciones públicas de cualquier índole, eso sí, bajo un orden y respeto a los demás.
En ocasiones los ciudadanos vemos cosas que no son de nuestro agrado y bien por pasotismo, por creer que no van con nosotros o por estar a bien con quienes hacen lo que nosotros no compartimos, generalmente, por algún razón, no decimos nada y dejamos de expresar nuestro sentir y pensar que pueden ser muy reales y ciertos, pero por miedo a las posibles represalia no manifestamos nuestros pensamientos abiertamente.
En los últimos años hemos visto cómo desde el movimiento del 15M la gente ya no se calla cuando ve algo que no les gusta, es más, salen a la calle y se manifiestan sumándoseles un gran número de personas con el mismo sentir. Como bien dice el refrán popular,” la unión hace la fuerza”, y vean si es verdad que la unión hace la fuerza que han fundado un partido político con el objetivo de acabar con lo que ellos creen injusto, o simplemente no encaja en su forma de pensar; tal ha sido su repercusión que las encuestas colocan a este sector de la población como una de las primeras fuerzas políticas de España.
Tras hacer esta introducción ustedes pensarán, Moisés está delirando, ¿qué tiene que ver esto con el folclore?, pues queridos lectores mucho. En los últimos tiempos estamos viendo cómo en el mundo del folclore y también la gente, ya no se calla, protestan, hacen escuchar sus pensamientos e intentan que se respete lo tradicional sin modificaciones y llamando a las cosas por su nombre.
Hasta finales de la década de los sesenta del pasado siglo el folclore era una forma de vida, una expresión espontánea del pueblo que se ponía de manifiesto en reuniones, fiestas, etc... En el año 1968 sucede un hecho que marcaría un antes y un después dentro del folclore tradicional de las islas, ya que lo que venía siendo una expresión espontánea pasó a denominarse espectáculo.
En el archipiélago canario, con Los Sabandeños a la cabeza, afloran múltiples grupos masculinos con el propósito inicial de buscar en el pasado más inmediato, de hecho me atrevo a afirmar que así fue. Estos colectivos hicieron resurgir señas de identidad de un pueblo que estaba a la deriva, tradicionalmente hablando. En la década de los sesenta y setenta del pasado siglo éstos grupos fueron necesarios para que no se perdieran muchos de los legados que habían heredado y que estaban quedando en desuso y cayendo en el olvido.
Los Sabandeños sirvieron de prototipo para aquellos grupos que junto a ellos nacieron por esa época: Gofiones, Chincanayros, Sancochos, Granjeros, Faycanes, Cebolleros, etc..., todos ellos aportarían otra forma diferente de hacer folclore que, como dije antes, se convirtió en espectáculo. Estos colectivos aportaron lo que podemos denominar como identidad propia en su forma de proceder, aportando un salto en la calidad musical, pero eso sí, siempre capitaneados por Los Sabandeños.
Estos tinerfeños fueron los cabezas pensantes desde aquel entonces, a ellos se les debe la introducción de instrumentos poco vistos en los grupos además de cantar con polifonías, etc..., tanta fue la curiosidad y las ganas de dejar huella que introdujeron a la música hecha en Canarias aires latinoamericanos.
Tal fue la repercusión de Los Sabandeños en la sociedad canaria, que cierta resulta la puntualización que hacía el folclorista grancanario Bolaños, en una ponencia que realizó en fechas recientes, en la que afirmó lo siguiente: “hace algún tiempo un señor dijo que algún día Canarias cantaría como Los Sabandeños”, y reflexiona diciendo lo siguiente: “pues lo están consiguiendo”.
Este hecho es una pena ya que, bajo mi opinión, no cabe duda de las grandes dotes musicales que poseen, característica que los hace ser uno de los mejores grupos del mundo, pero sin embargo lo que menos dudas plantea es que se han cargado el folclore tradicional, así como lo leen, literalmente, se han cargado el folclore tradicional.
Muchos son los factores que han influido para que el folclore tradicional haya pasado a segundo plano, aunque afortunadamente en los últimos tiempos está volviendo a tener auge gracias a las reivindicaciones de la gente del folclore.
Como ya he planteado en ocasiones anteriores, los medios de comunicación tienen mucho que ver en las modas. Tendríamos que viajar al año 1971 para recordar el comienzo del programa más importante que ha emitido cualquier televisión en la historia de la pequeña pantalla, se trata del programa “Tenderete”, de manos de Nanino Díaz Cutillas.
Este programa jugó un papel fundamental dando a conocer las tradiciones Canarias, apostó por grupos y folcloristas desconocidos fuera de su lugar de hábitat, que no gozaban por aquel entonces con el apoyo de los medios de comunicación. El programa Tenderete los dio a conocer demostrando con ello que el folclore es del pueblo, con el pueblo y para el pueblo.
Muy lejos queda aquel espíritu que motivó el nacimiento de dicho programa, hoy la realidad es bastante distinta, ya que el marketing y las modas impuestas por los llamados grupos punteros han convertido al programa más importante de la historia del folclore Canario en un programa musical de excelente calidad, primando las voces formadas musicalmente hablando y tocadores formados en conservatorios, dejando de lado el cantador rural o marinero, hecho éste que provoca la casi extinción de los estilos propios de cada lugar. El programa se ha dedicado a difundir el mensaje de “renovarse o morir”, lo que se denomina según el mencionado Bolaños “folclore urbano”.
La televisión ha gozado de otros espacios televisivos como el recordado Taifa y Candil presentado por Manuel Pérez y con las intervenciones desde la isla de Tenerife de María Del Pino Fuente de Armas.
Senderos Isleños fue otro programa defensor de la cultura popular de nuestro archipiélago, que nos dejo 63 capítulos para el recuerdo.
El programa Parrandiando, emitido hace casi una década, puso de moda el pachangueo; diversas parrandas participaron en el mismo; un excelente escaparate para dar a conocer su música animada, lejos del folclore tradicional, la gran variedad de temas latinos e incluso la música de moda en la actualidad, contó con los aplausos fáciles de un público que generalmente desconoce qué es folclore tradicional.
Este tipo de programas confunde aún más los pocos conocimientos de un público que generalmente no se inmiscuye en la historia de los géneros musicales de nuestro folclore.

El reciente programa “Noche de Taifas”, es quizá más caótico que Tenderete con unos formatos que no sé qué persiguen, si el presumir de tener muchos participantes en cada programa para hacer un balance positivo de cara a la galería, o cualquier otra iniciativa que se me escapa. Un programa que empezó con buenas sensaciones, como todos, pero que con el paso del tiempo sigue siendo algo frío, distante, un espacio con el que cada día se identifican menos personas.
El otro programa televisivo a nivel regional que queda en activo en la parrilla de la TVAC es “Parranda Canaria”, un programa que posee un formato inusual que ha desatado muchas críticas en algunos colectivos del archipiélago, ya que como sabemos sólo va una representación de los colectivos invitados; este hecho ha provocado que se hayan producido renuncias a invitaciones de algunos de los históricos colectivos del archipiélago. Parranda Canaria es quizá lo mejor que tengamos en la televisión de los últimos tiempos. Cuenta con un presentador, Alexis Hernández, que tiene algunos conocimientos del folclore tradicional, así lo demuestran sus aportaciones personales con unas entrevistas donde los invitados pueden expresarse y dar a conocer sus vivencias. La apuesta de este programa por las diferentes acciones que emprende nuestro folclore como vestimentas, gastronomía, artesanía, etc..., son un acierto, bajo mi punto de vista, eso sí, sin entrar a catalogar las aportaciones que puedan hacer los entrevistados o las exposiciones que realizan los llamados “expertos” que tiene este programa.
Según se rumorea en la nueva temporada incluirá el baile tradicional, hecho éste que es muy bueno para nuestro folclore, espero que no sea una pantomima sólo para callar bocas, que es lo que generalmente se suele hacer. Aunque en este programa habría cosas que se podrían mejorar, poniendo como ejemplo la vejatoria vestimenta de la parranda base, éste programa es para mí, dentro de lo malo que ofrece la televisión en materia de folclore, la mejor apuesta.
Cabe apuntar que por lo general los directores, asesores musicales y presentadores de los programas de televisión no están formados en materia de folclore, tendrán títulos reglados en música y periodismo pero de folclore, y permítanme la expresión, no tienen “pajorera idea”. Introducen unos formatos sencillos, sin contenidos, rozando lo absurdo, sin ideas propias y, cuando tienen las ideas, son copiadas. Los que participan en estos programas lo hacen por varios motivos, por regla general y bajo mi parecer personal, son los siguientes: por poseer un repertorio variado y pachanguero donde interpretan la llamada música de marketing que arranca el aplauso fácil del publico, por ser amigos de los directores o asesores de turno, que el ayuntamiento de la localidad en la que se realice el programa se gaste los euros para llevar programa hasta dicho municipio y que se cuente en el mismo con algún grupo de la localidad; no obstante, cosa que no siempre se cumple, no está garantizada la participación de la gente del municipio, ya que en ocasiones a pesar de pagar para que graben en tu casa ellos meten lo que les apetece o los compromisos pendientes.
Otra de las causas por las que el folclore tradicional ha pasado a segundo plano es por la formación reglada, musicalmente hablando, de muchos de los directores y monitores de grupos y escuelas de folclore. Como ya he dicho en alguna ocasión, son grandes profesionales de la música, pero el folclore, en muchos de los casos, no les importa lo más mínimo. Muchos de los mencionados directores hacen arreglos que en algunos casos roza el caciquismo, con el empeño que tienen en desarreglar lo que ya está hecho; darle su impronta y presumir del arreglo realizado por ellos son algunos de los móviles que les lleva a innovar y querer reinventar lo que ya está mas que inventado y documentado, sin embargo las aportaciones inéditas por parte de estos lumbreras del folclore son escasas, o no existen en mucho de los casos.
El baile, que en sus inicios era una forma de vida, un lenguaje corporal, una acción para el cortejo, ha pasado sin embargo a ser en algunos de los casos una coreografía pura y dura, donde los bailadores parecen meros robots bailando esquematizados e informatizados, los movimientos son sincronizados y priman brazos a la misma altura, hileras al milímetro, movimientos recalcados sin naturalidad, seriedad en los rostros y miedo escénico a que el director les llame la atención, esto es lo que se palpa desde el público.
Pocos son los grupos que bailan con naturalidad donde cada bailador sólo tenga presente las figuras del baile, donde cada uno lo pueda hacer a su manera, transmitiendo lo que siente en cada momento; pocas representaciones quedan de este tipo en los escenarios de Canarias, quizás las pocas que queden suelan estar entre las personas mayores de los grupos, y que en pocos años quedarán en el olvido y primarán los cánones impuestos por los directores de baile, que en ocasiones se empeñan en dejar su sello personal, teniendo la osadía de incorporar figuras a los bailes documentados, o ponerle coreografías a piezas que no las poseen, como así ocurre en el caso de los Aires de Lima de Artenara.
Para el baile tampoco han pasado desapercibidos los medios de comunicación, ya que los convierten en puros figurantes relegándolos a sitios pequeños, escuetos y sin unas condiciones mínimas para poder bailar cómodos y relajados. En los últimos tiempos he visto, por ejemplo, “Noches de Taifa” grabado en Santa Brígida, en el cual pusieron al baile por detrás del toque, sinceramente no sé para qué, la única explicación que le veo es que pongan el baile para hacer bulto, porque las personas que estaban presenciando la grabación no pudieron disfrutar de esta parte del programa.
Muchas veces vamos a un festival catalogado como folclórico y cuando empezamos a disfrutar de la actuación nos damos cuenta que nos han tomado el pelo, ya que en las interpretaciones que se realizan en los escenarios de estos eventos priman más los aires sudamericanos y pachangueros que el folclore tradicional, no tan sólo nos toman el pelo sino que nos venden gato por liebre.
Los organizadores de estos eventos deben velar para que lo que anuncian se corresponda con lo que luego se interpreta. Todo esto pasa por no tener una organización clara y eficaz, una acción que bajo mi punto de vista acabaría con estos sinsabores, y que se solucionaría pidiéndole de antemano a los grupos el repertorio que van interpretar en la actuación, y de este modo poder desechar los temas que no reúnan los requisitos.
En los últimos tiempos en los diferentes actos, ponencias, entrevistas, redes sociales, etc..., hemos visto que la gente esta harta y no se calla, estamos cansados de que nos tomen el pelo, que nos tomen por tontos y lo peor de todo, que nos intenten confundir. Ha llegado el momento de alzar la voz, de que se sepa que los que luchamos por mantener el folclore tradicional no nos vamos a someter a las imposiciones o ideas de los cuatro desaprensivos que tienen el control del folclore, a los que sólo les importa sacar partida e imponer sus desarraigadas ideas, que están muy lejos de la realidad y en el que su único móvil es conseguir su propia popularidad, la de sus amigos y grupos; aunque se carguen lo que durante siglos ha sido rasgo diferenciador de nuestro pueblo, manera de ser, de sentir y de vivir; lo que nos ha llevado a ser un pueblo con identidad propia y una impronta única e inigualable en las variadas acciones que emprende nuestro folclore.

José Antonio Pérez Cruz “Teno” es otro de los que no se calla una, sus grandes conocimientos gracias a los continuos trabajo de investigación que realiza le dan a Teno el poder y la veracidad para debatir y llamar a las cosas por su nombre, las numerosas y constantes críticas de los estilos, vestimentas y puestas en escenas de los grupos, etc..., críticas tan duras, claras y reales hacen que aprendamos muchas más cosas, y que los inventores se corten un poquito ante cosas que no tienen ni explicación, ni justificación.
Una de las últimas sorpresas que me he llevado gratamente ha sido la de José Francisco Sánchez, conocido popularmente como “Bolaños”, con su exposición en las últimas jornadas de la F.A.F.G.C; dejó claras muchas cosas e incluso empleó críticas duras pero reales contra el programa televisivo Tenderete, ni corto ni perezoso a “Bolaños” no le tembló el pulso ante la presencia en dicha ponencia del director de dicho programa, Cipriano Almeida, y su presentador, Raúl Arencibia.
En este año 2015 que acaba de empezar, con este articulo animo a que no nos callemos ante las adversidades por las que están pasando nuestro folclore y tradiciones, debido a la gran desconsideración de muchos de los que tienen el control, y están bien mirados ante la sociedad por haberse hecho un lugar entre políticos de turno y grupos que poseen la mejor exposición musical, pero poco de tradicional, pero sin embargo, les gusta ser llamados, representantes de la identidad Canaria.
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